
Una flor de Santa Elena, para el resto del mundo:
LORENA RÍOS GÓMEZ:
EL SAXOFÓN: SU “AZADÓN” Y SU “PASAPORTE”

Nacida en Santa Elena. “Bueno, en Medellín, en el hospital general. Soy de los Ríos del Llano; los Ríos somos muchos, generalmente en Pantanillo, Perico, y El Llano” … Montañera, Músico, Maestra en Saxofón, Magíster en Artes, Magister en musicoterapia, Profesora, integrante de la Banda Sinfónica Nacional de Colombia y Santaelense de oro en la categoría cultural.
Su papá, Gilberto Ríos Ríos, nacido en Santa Elena, hijo de Adán Ríos y Rosa Ríos que eran primos y llegaron del oriente antioqueño. Procedente de una familia bastante numerosa, fue de los mayores; un hombre amante de su labor en el campo. “amaba el campo y nos enseñó a amarlo también.”
Su mamá es Ana Lucía Gómez; llegó de 4 años de Frontino, desplazada de la violencia por la “chusma”. Llegó con sus padres y tres hermanitos, una tulita, sin cobijas, a dormir en el frío de Santa Elena. Se cobijaron con costales, fueron rechazados porque eran “chusmeros”. Afortunadamente el abuelo consiguió un trabajo con la Universidad Nacional “Los que trabajaban con la Universidad Nacional eran los ricos de Santa Elena; la universidad les proveía todo, entonces ya cambiaron de ser los chusmeros a ser los que tenían mejores condiciones y sobre todo porque la familia de mi mamá físicamente era muy diferente; mi mamá es blanca, oji gris, crespita, pero sus hermanas eran oji azules, oji verdes, entonces llegaron con un arquetipo físico muy diferente al que había en Santa Elena, entonces pues era una niña muy llamativa, esto se dio más o menos en 1960.” …
“Mi papá y mi mamá se conocieron en la escuela y no fue amor a primera vista, pasaron muchos años, pero terminando el colegio ya empezaron a hacerse novios; tenían la misma edad y desde que se casaron que fue cuando tenían 25 años, ellos tenían ese sueño: vamos a construir un hogar, vamos a tener cuatro hijos, vamos a trabajar por ellos y pues efectivamente nacimos cuatro, dos hombres, dos mujeres: hombre, mujer, hombre, mujer, así como todo súper equilibrado en la vida.”
La consentida

El hermano mayor de Lorena es José que es veterinario.
Blanca, la hermana, es tecnóloga agroambiental, tiene todo su cultivo orgánico, siguió la tradición del padre, pero ya desde una nueva visión del cultivo limpio.
David que es técnico eléctrico y se desempeña en construcción con madera.
“soy la consentida de la casa, soy la que llegó a traer la dulzura al hogar, yo molesto mucho porque cada hermano tiene como un rol y yo siento que el rol del hermano menor es como dar dulzura al hogar, siento que todos mis hermanos me quieren mucho y han sido unos apoyos increíbles en toda mi vida."
Hija de la Red de Escuelas de Música
La música, y específicamente el saxofón, llegaron a su vida estando muy pequeña. Quería ser veterinaria como su hermano mayor, pero cuando tenía 10 años llegó la Red de escuelas de música de Santa Elena.
"yo soy hija de la red y gracias a la red soy músico, porque a los 10 añitos llegó el director de la Escuela de Música a mi escuela, yo estaba en 5° de primaria y dijo: hay instrumentos, ¿quién se va a inscribir? y como todos los niños gomosos, pues éramos como 20 en el salón y nos inscribimos 15, todos levantamos la mano, y llegué a mi casa y le dije papi me inscribí en la Escuela de Música y ellos todos felices, ¡ah mija que bueno!”. Le dijeron que tocaran guitarra y ella se fue toda emocionada para la escuela de música a pedir una, y le informaron que no había; solo instrumentos de viento y percusión quedaban.
Su historia de amor con el saxofón
“Y a mí me pareció muy lindo el saxofón. La verdad es que uno como niño se enamora por lo visual y pues el saxofón es dorado, parece de oro, está lleno de llavecitas, de detallitos…
…además, yo veía los Simpson y ahí Lisa Simpson tocaba el saxo, y me fue gustando más …
… pero luego me fui enamorando de todas sus características, su versatilidad, sus cualidades sonoras; es que el saxofón es increíble, escogí el saxofón y me quedé ahí para siempre.”




Las cañas
La escuela de música les prestaba los instrumentos y le dio la primera caña, que es esa partecita pequeñita que va en la boquilla, es de madera, de bambú, muy débil y endeble y hace que el saxofón suene, porque genera vibración, pero luego cada papá tenía que comprarlas. En la escuela las vendían mucho más baratas de lo que valía en el comercio.
Una caña puede durar cinco, seis meses, dependiendo del uso. Ella dañó rápido la primera caña que le dieron en la Escuela, y también la primera que le compraron sus padres, porque no sabía bien cómo usarla, por estar tan niña.
“Entonces mi mamá me iba a sacar de la Escuela de Música, porque pues ellos con cuatro hijos, todos estudiando y las posibilidades económicas de un hogar donde mi padre era agricultor, era difícil en ese momento. El director que era Juan Pablo Becerra, saxofonista, le preguntó por qué y ella le dijo, es que ella se come las cañas, yo no puedo estar comprando una caña cada tanto y el director le dijo no me la vaya a sacar, yo le regalo otra cañita; entonces ya aprendí a manejarlas, aprendí a cuidarlas y el director siempre me apoyó.”
De los 15 compañeros que entraron con Lorena, solo quedó ella. Cada año entraba mucha gente y terminaban dos o tres. Sus papás siempre la apoyaron; su mamá siempre iba a todas las reuniones, a todos los conciertos y fue de la asociación de padres. “Fueron muy presentes mis padres".
Doña Ana Lucía la mamá:

Ana lucía, su mamá, le cuenta que ella era una niña muy intensa. Cuando entró a la escuela de música, le hizo firmar un papel declarando que le iba a regalar un saxofón. “Cuando cumpla los 15 se lo regalo” le contestaba, pensando que ella iba a pasar por flauta y otros instrumentos y que a esa edad ya no iba a quererlo, y sin saber cuánto costaba. Ahorró como un año con los poquitos recursos que tenía, ya que ella trabajaba en la huerta igual que el papá.
“y nosotros también los fines de semana siempre estábamos en la huerta con la familia desde chiquiticos, todos teníamos labores los sábados en el campo, el domingo era libre y de lunes a viernes estudiar siempre; entonces ella iba recogiendo y un día se fue para la tienda de música con todos sus ahorros a comprar un saxofón; supongamos que en ese momento había recogido si mucho $20,000 que ahora serían como $200,000, ella no tenía idea cuánto costaba un saxofón, cuando le dijeron cuánto costaba , ella dijo ¡jamás voy a podérselo regalar!”. Con dolor en el alma lo único que pudo comprarle fue una flauta. Lorena se quedó tranquila, con ella jugó, tocó sus primeras canciones y aprendió muchas cosas.
Cuando Lorena cumplió los 15, su mamá le pidió perdón por no poder cumplirle la promesa, pero ya ella había olvidado la carta que le hizo firmar a los 10 años. Ya como adolescente era consciente de lo que costaba un saxofón y de los esfuerzos que hacían sus padres.
Su mamá siempre estuvo presente en la asociación de padres y cuando la Escuela de Música se quedó sin secretaria, le propusieron que presentara su hoja de vida para reemplazarla.
“soy una agricultora, de campo, yo no sé nada….
No se preocupe, acá la formamos, usted ama la Escuela.”
Allá mismo le hicieron la hoja de vida. Ella no sabía nada de computadores, ni de administración, pero con la ayuda de sus compañeros fue aprendiendo ya que su propósito era ahorrar para comprarle el saxofón a su hija. Ahorró por muchos años hasta cuando Lorena tenía 17 años y se graduó de bachillerato en el Liceo de Santa Elena; fue a comprarlo con el profesor como asesor, quien no le dejó comprar ninguno de los que le ofrecieron por el precio que podía pagar. Un buen saxofón valía el doble de lo que su mamá había ahorrado. Tocaba seguir ahorrando…
Don Gilberto el papá:


A sus 37 años, Lorena considera que su vida ha sido una historia llena de experiencias muy lindas. La muerte de su papá ha sido el evento más doloroso, pero también el que más luz ha traído a su vida.
“Mi papá fue un hombre extremadamente luminoso, un sabio de la vida, él con su filosofía, con su forma de ser nos enseñó a amar el campo, a amar la naturaleza, a amar la vida misma, él todos los días se levantaba y respiraba; uno lo veía viviendo en plenitud, siempre con mil cosas y corriendo de un lado y para el otro, pero feliz; él fue una persona muy feliz y muy amorosa; fue un líder comunitario, fue Presidente de la JAL (Junta de Acción Local), de la JAC (Junta de Acción Comunal), fue técnico de fútbol y un líder comunitario toda su vida hasta que murió; fue una persona muy inspiradora, muy llena del amor de Dios, muy luminosa y ahorita que no está, está más presente porque toda esa luz que él sembró en nosotros está ahí antes como con más fuerza”

El proceso
En un tiempo la intentaron cambiar de instrumento, porque la Red de Escuelas de Música tenía varias etapas: la primera etapa de formación es la Escuela de Música donde están todos los niños y empiezan su ciclo, luego va la segunda etapa que son las agrupaciones integradas, las cuales tienen diferentes niveles según su nivel artístico; entonces comienza en el inicial, sigue en el intermedio y luego va al avanzado.
“Entonces yo comencé todo el proceso en la Red, comencé en la escuelita, luego escogían a los mejores de cada escuela y los traían a Medellín los sábados y los domingos para las agrupaciones integradas. Yo comencé en el inicial, fui avanzando, llegué a la intermedia, fui avanzando, pero nunca podía llegar a la avanzada, porque en la avanzada no había saxofones, porque el saxofón es un instrumento muy nuevo y dentro de la música clásica no está incluido; por ejemplo, Wagner, Beethoven, Mozart, todos esos compositores famosos no conocieron el saxofón, entonces como no está la música escrita para ese instrumento, no puede pertenecer a una orquesta sinfónica. Entonces como llegué a ese punto, es como que no puedes avanzar más, porque tu instrumento no te lo permite; intentaron cambiarme para fagot, pero a mí no me gustaba el fagot, entonces preferí salirme de las agrupaciones integradas y estuve algunos años por fuera, hasta que formaron la Banda Sinfónica Juvenil de la Red de Escuelas de Música, una banda en Medellín de todos los mejores músicos de la Red, de un alto nivel y comenzaron a hacer grandes proyectos.”
El primer “azadón”



Recién terminado el bachillerato, la invitaron a un festival en Ibagué y no pudo ir porque no tenía su saxofón y en la Red no se los podían prestar para viajar. Luego la invitaron a otro encuentro de artes, y tampoco pudo ir. ”Entonces mi mamá con esa impotencia dijo ¡pues no… se fue, hizo préstamo en un banco y el 24 de diciembre llegó mi papá con una caja de lejos, dizque jo jo jo, eso fue hermoso!, y ahí es donde yo digo que uno consigue los sueños, pero porque tiene mucha gente a su alrededor que lo ama y lo ayuda; era el primer saxofón que me regalaban mis papás y era el esfuerzo también de mis hermanos, porque tuvieron quizás que dejar de hacer cosas por ellos para poderme ayudar a mí, y es muy bonito porque mi familia siempre fue y ha sido toda mi vida un apoyo incondicional, son hermosos todos… Mi papá me dijo: mija usted ya tiene su azadón; es como que ya tienes tu herramienta y efectivamente mi primer saxofón fue el eslabón para todo eso que ya se construyó.”

“Ese fue el primer azadón que mi familia completa me brindó para yo poder comenzar con mi vida profesional y de ahí entonces yo ya comencé a trabajar en grupitos, comencé a tocar con el Ballet Folclórico de Antioquia, con el Ballet de la Universidad Pontificia Bolivariana, comencé a hacer eventos, visitas, recepciones, tocaba en cumpleaños y así comencé a ahorrar moneditas y a juntar todo lo que me llegaba de todos los toquecitos que iba haciendo y logré conseguir otro saxofón”.

Para conseguirlo, vendió el saxofón que tenía y con los ahorros, logró conseguir uno intermedio, porque este instrumento tiene categorías: estudiante, intermedio, profesional y de los profesionales hay referencias. Al final de la carrera el señor José Corachan Villar, un señor español que junto a su familia la acogió en su casa en Buñol, donde Lorena fue mes y medio a recibir clases en un curso de verano, le regaló la mitad del dinero para comprar el profesional. Ella vendió el intermedio, juntó sus ahorros y compró el saxofón de sus sueños, que en ese momento era un Selmer París serie III.

Estudiosa, disciplinada, nerdita.
Lorena, quien hizo su formación académica primaria en la escuela ,en el parque central, y secundaria en la Institución Educativa Santa Elena, tenía claro que quería estudiar música; ya llevaba un proceso, antes era un hobby “pero siempre me gustó y creo que siempre fui buena, siempre fui muy juiciosa, yo era una niña muy disciplinada, desde la casa nos enseñaron mucho la disciplina, todos fuimos muy buenos estudiantes, a todos nos gustó mucho el estudio, éramos como nerditos más bien desde el hogar y mis padres siempre enseñándonos la responsabilidad desde muy chiquiticos”.
La universidad

Era el 2005 y comenzó a mirar opciones y la única universidad pública, la única opción que tenía, la universidad de Antioquia, no abrió convocatoria para saxofones, entonces quedó un semestre por fuera, con mucha inquietud y muchas dudas.
“Mucha gente me decía que por qué iba a estudiar música, que iba a ser una chupa cobres toda la vida, qué me iba a morir de hambre, que iba a trabajar en los buses, que para qué iba a hacer eso; los profesores del colegio muchísimos intentaron persuadirme de la decisión, esto suena pretencioso, pero lo hacían porque yo era una estudiante siempre excelente , que me estaba desaprovechando, que qué iba a hacer con la música, pero mi familia siempre me apoyó; mi papá siempre me dijo, haga lo que usted ama y desde que usted haga las cosas con amor nunca le va a faltar el trabajo”.
Con mucha incertidumbre esperó y al siguiente semestre abrieron la convocatoria que llevaba como 3 años sin abrirse. Se presentaron 50 saxofonistas para 7 cupos y ella pasó derecho el examen que es específico, teórico-práctico. Le tocó estudiar mucho ciertas materias, le encantaba estudiar el saxofón, y siempre se estaba exigiendo.
Referentes femeninos y artísticos
“Toda mi vida artística he estado muy a la cabeza de procesos femeninos, desde ese referente del femenino, pero también desde la proyección artística “



Lorena hizo muy buen equipo con sus compañeros de clases y formaron varios grupos; como eran muy pocas mujeres, cuatro saxofonistas, se unieron y formaron un conjunto, pero encontraron muchos estigmas como que la música tropical la tocan solo hombres, la única mujer es la cantante, y que las mujeres no tocan bien la trompeta ni el saxofón. Como a ellas no las llamaban para ninguna orquesta tropical, se juntaron e hicieron su propia orquesta que bautizaron “Tahonas en clave”, que todavía existe. Tahona es el nombre de un tamborcito cubano que tiene formas muy femeninas. Allí todas aprendieron a tocar bien, y ya muchos hombres las empezaron a apoyar, fueron cogiendo nivel y comenzaron a llamarlas a tocar en varias orquestas, incluso viajaron a Estados Unidos. Estuvo con ellas 10 años hasta que su vida profesional la llevó por otros rumbos.
Ha estado involucrada todo el tiempo en procesos de referentes de mujeres. Estuvo también en el cuarteto de saxofones “Angebello”, que suena como “ángel belo” en italiano, pero realmente el nombre salió porque eran Ana, Jenny, Beatriz y Lorena, entonces los juntaron y sintieron que quedó bonito, tocaban música académica latinoamericana.
Luego estuvo con el grupo también femenino “Mestizaje Trío”, piano, clarinete y saxofón; también hizo parte de un trío de saxofones, con un corte más comercial.



Actualmente está con un proyecto muy importante a nivel representativo que es el Cuarteto Latinoamericano de Mujeres Saxofonistas, donde hay una representante de México, Argentina, Chile y ella representando a Colombia. Considera entonces que de cierta forma es un proyecto que visibiliza a la mujer en Latinoamérica.


Las empezaron a llamar a festivales a hacer ponencias; un festival en Honduras, uno en Chile, dos a niveles latinoamericanos; fueron jurados de un concurso en Brasil, hicieron una convocatoria para mujeres compositoras a nivel latinoamericano y realizaron una producción que se titula “semillas latinoamericanas”, que es música de mujeres latinoamericanas; la grabaron cada una en el país y hace poco, en Colombia, grabaron las dos últimas obras en vivo. Este grupo está vigente y programando un encuentro en Argentina este año; hacen muchas colaboraciones juntas, de forma virtual y se coordinan para hacer encuentros presenciales.
Lorena también estuvo en una Big band solo femenina que se formó hace un par de años en Medellín y ahora está con un ensamble femenino de la Banda Sinfónica Nacional de Colombia.
Todo este proceso es un referente femenino en esta música, pero también se empeñan en ser un referente en la calidad musical y artística; en el tipo de proyectos que se están visibilizando hay un trabajo de fondo que es largo, desde todas las instancias del quehacer artístico.
Su “Pasaporte”


Cuando todavía estaba en el colegio, el primer viaje que hizo con la Red fue a San Pedro de los Milagros. “Yo le pedí a una estrella fugaz que pasó, que me escogieran para ese proyecto y fue al primer festival que fui.” Luego estuvo en Bogotá y en Estados Unidos. Su primer viaje internacional fue a los 16 años.
En 2008 en la Red de Escuelas de Música, en su segunda etapa, formaron la banda en un nivel avanzado y comenzaron a hacer intercambios artísticos y culturales; en 2011, Lorena se ganó el mejor promedio en sus calificaciones en la Facultad y en 2012 se graduó, un año antes de lo previsto, porque validó materias y cursos de un año completo para poderse ir a España.
En 2009 escogieron a tres músicos de la agrupación, para hacer un intercambio en España con una banda y tocar con ellos en un concierto muy importante que tenían, entonces fue seleccionada y tuvieron la oportunidad de estar allá 10 días, tocando con la Banda y en los conciertos. Esto fue en Buñol, Valencia, una ciudad de bandas; las dos categorías más importantes son la Armónica y la Artística y Lorena fue seleccionada para tocar con la Armónica, “y era estar en un anfiteatro al aire libre, con una concha acústica, en roca, con una banda de 120 músicos todos los días ensayando, a un nivel altísimo y tocar ahí, ¡eso fue apoteósico!, yo recuerdo ese concierto como de las cosas grandes que he vivido”
Para ella, estudiar en la UdeA fue maravilloso, allí hizo muchos proyectos y tocó con mucha gente. El ballet folclórico de Antioquia fue otra escuela y con ellos viajó a muchas ciudades, a nivel nacional, además este era un proyecto artístico integral y los músicos tenían que maquillarse, vestirse de cierta forma, ya que hacían parte escénica del show y eso le abrió el panorama para pensarse no solamente como músico sino también como artista.

Master en interpretación musical
Una vez graduada, buscó becas para irse a estudiar al exterior. En 2012 Llegó a Salamanca, España y se presentó al Master en Interpretación Musical, con la ayuda del señor Frank de Vuyst de nacionalidad belga y radicado en España, director de la Banda de Red de Escuelas que venía cada 4 meses a trabajar con la Banda de la Red Local y quien la apadrinó.
Este Master fue un proceso muy difícil “en algún momento pensé que no lo iba a lograr, perdí los exámenes de navidad, entonces también fue un proceso que fui viviendo con las estaciones, que fue el otoño, me quitaron todas las hojas, quedé raquítica”…
En ese momento se reunió virtualmente con su papá, ese hombre de campo, agricultor, que cuando Lorena estaba en la universidad, le dijo: “Mija yo ya terminé con ustedes, los cuatro son profesionales, usted es la última y ya está terminando , ahora lo voy a hacer por mí, yo siempre quise estudiar…entonces yo estaba graduándome en la universidad y él se estaba graduando del colegio….eso fue precioso”… y cuando ella se fue para España, él empezó a estudiar Derecho , pues siempre quiso ser abogado . Lorena se reunía con él por Skype a darle clases de inglés que le daban mucha dificultad, pero que también le dieron el ejemplo de no tirar la toalla “pues si mi papá a sus 60 años está estudiando en la universidad y él dice que puede, yo también” … ella se quedó y en el examen final sacó un 9 sobre 10.

Artesana
Regresó al país en agosto de 2013, pero el master que hizo en España no era válido en Colombia , entonces llegó con mucho conocimiento pero sin validación del título, sin trabajo, sin lugares donde tocar , y le dio depresión porque ella no quería volver, pero la beca del ICETEX que se había ganado se lo exigía; empezó a prepararse para solicitar becas en Estados Unidos y se ganó una donde le daban la oportunidad de trabajar y le pagaban , pero aun así le tocaba hacer un préstamo como de 100 millones , por lo que decidió seguir buscando, sin saber qué hacer. Se puso a pintar cuadros, porque además ha tenido un don artístico ya que siempre ha dibujado, pintado, escrito, tejido, y ha hecho manualidades; entonces hizo manillas, aretas en porcelanicron, billeteras y muchas cosas que hacía por hobby, aunque cuando estaba en el colegio vendía para conseguirse los pasajes para ir a los ensayos.
Maestra en Artes

Como ella también fue profesora de la Red antes de irse para España, tuvo la opción de hacer la maestría en artes en la Universidad de Antioquia con un descuento del 50%. Era el 2015 y Lorena dice que fue de las mejores cosas que le han pasado en la vida. “… ahí es donde yo digo que sabe más Dios uno que necesita que uno mismo; yo empeñada en irme, que me tenía que ir del país, que me tenía que ir y fue lo mejor que me pasó, primero porque no estudiaba solo con músicos sino con artistas, estudiaba con bailarines, con actores, con cinematógrafos, con psicólogos, con músicos y eso me abrió el panorama”.
La Maestría exigía un componente interdisciplinario, y ella comenzó a hacer un estudio de la gestualidad en la puesta en escena musical del músico intérprete a través de la danza y la imaginación activa en movimiento, un estudio en la música que casi nadie está haciendo. Empezó a crear una serie de performances. El primero lo hizo en México en un festival al que la invitaron.

Enero 2018
“y comencé a danzar y a tocar al mismo momento, entonces esa es una parte creativa bonita y diferente que estoy haciendo, que he hecho en algunos momentos de mi vida profesional, no podría decir en este momento que es exactamente el sello porque lo hice mucho en un momento, hicimos algunos proyectos, lo he dejado, es una cosa como que va y viene pero sí hace parte importante de mi desarrollo personal, en este momento como que mi sello cuál es, no sabría decirte específicamente, pero soy como de cierta forma un referente a nivel colombiano en el saxofón.”
Investigadora
También en la maestría participó de un proyecto de investigación musical directamente con una música y un compositor llamado Aldemaro Romero y este proyecto se vinculó al grupo de investigación de la U de A. Comenzó a trabajar como estudiante asistente donde hicieron publicaciones de artículos en revistas indexadas, un libro, y quedó la grabación fonográfica registrada de su proyecto de la maestría.
También en la maestría participó de un proyecto de investigación musical directamente con una música y un compositor llamado Aldemaro Romero y este proyecto se vinculó al grupo de investigación de la U de A. Comenzó a trabajar como estudiante asistente donde hicieron publicaciones de artículos en revistas indexadas, un libro, y quedó la grabación fonográfica registrada de su proyecto de la maestría.

Embajadora
El Congreso mundial de Saxofonistas, es un evento que se hace cada 4 años; Lorena fue en 2015 a Estrasburgo, Francia, solo a ver. Fue un proyecto que envió a la alcaldía para ganarse una beca del ministerio. Asistió a ver todo el panorama, a empaparse y aprovechar los conciertos (fue a todos) clases, conferencias y recitales.
El siguiente congreso mundial en Zagreb, Croacia, ella presentó una propuesta para tocar un repertorio de compositores colombianos y asistió a la fiesta de artistas Selmer.

A nivel latinoamericano, los primeros eventos internacionales fueron en Cusco, Perú. Fue como ponente, como profesora y a tocar con la orquesta sinfónica de Cusco. Luego fue invitada a Arequipa y a Ayacucho a dar clases y tocar.


Estuvo también en el primer festival congreso de mujeres saxofonistas en Puebla y ciudad de México. La empezaron a llamar como solista y como profesora; hizo una serie de ponencias sobre su trabajo en la maestría, dictó conferencias en festivales, viajó a Costa Rica, Estados Unidos “yo nunca he dejado de tocar puertas, como estoy aquí entonces voy a hacer este proyecto, gracias a este proyecto me llamaron de este festival, gracias a esta grabación me llamaron del otro festival”.

El saxofón soñado


En un festival en Cali, después de escuchar la audición de Lorena, el representante de la marca Selmer, su saxofón soñado, decidió que ella podía representar a la marca a nivel mundial. Por Colombia, en la línea de saxofón clásico, solo hay dos representantes: su profesor Esneider Valencia y ella. Este reconocimiento fue el primero para una mujer en Latinoamérica y le da unos privilegios, como apoyo para asistir a festivales y grandes descuentos para comprar los instrumentos. En ese momento ella no tenía saxofón soprano, programó su primera ida a París a escoger el suyo.

Profesora
Uno de los regalos más grandes que le ha dado la vida fue empezar el proceso de dar clases en la universidad de Antioquia. “como yo he recibido mucho, llega un punto en que también tienes que retribuirles a las personas lo que aprendiste…yo soy lo que soy por todas las generaciones que me anteceden, pero las generaciones que vienen serán por lo que nosotros estemos haciendo y siempre hay más recursos y hay más información y hay más luz en el mundo… yo siento que cada vez hay más luz y que cada vez hay procesos más sanos, entonces como que esta nueva generación viene con otras herramientas y sanando todas esas cosas que para nosotros fueron difíciles, entonces estar en la Universidad de Antioquia como profe para mí es un lujazo, es de esas cosas que uno no hace por dinero sino que las hace en serio porque es una labor que reconforta el alma y que hace tejido , que hace sociedad y que genera comunidad.”

Empezó como profesora de cátedra, dando una hora de clase a la semana, muy de la mano con el profesor Esneider Valencia, con los mismos principios, similares criterios y formas de calificación. Actualmente (julio 2025) continúa como profesora de cátedra, con la incertidumbre de que un semestre puede tener contrato por 5 horas y al otro puede tener 9 “Pero definitivamente tengo unos privilegios en la vida que son maravillosos.”
Lorena también trabajó en la Escuela de música de Bello, en 2023 y con la banda viajó a España a un certamen internacional donde quedaron en el segundo puesto.
Ha trabajado en lo que le gusta. Ama la docencia, le encanta compartir con estas nuevas generaciones, y es una de las profesoras jóvenes que son la renovación de la generación de sus profes. Se siente vigente porque está estudiando y aprendiendo a través de los estudiantes.
“Tengo organizadas más o menos unas tres ponencias, estoy en constante reestructuración de ese conocimiento, para mí es parte de mi sello dentro de mi cátedra, es como poder integrar el músico desde la parte emocional, espiritual, mental y corporal, como que sea un ente íntegro, no solamente una máquina que va y reproduce, sino que sea algo integral y eso es una de las cosas que he estado trabajando mucho con mis estudiantes.”
Tejedora de redes

Lorena ha tocado de todo: música tropical, popular, clásica, porque el saxofón es muy versátil, pero su desarrollo profesional y el reconocimiento que tiene es por el impulso del Saxofón Latinoamericano, que es música original para saxofón escrita por compositores colombianos, y con raíces en nuestra música, como por ejemplo joropo, cumbia, porro y chande que es un ritmo colombiano no tan conocido.
El Cuarteto Latinoamericano de Mujeres, es una red que están tejiendo, que ya tiene cierta visibilidad, y se están gestando a través de los proyectos.



Cuarteto latinoamericano mujeres saxofonistas con la banda sinfónica nacional Colombia. Teatro Camilo Torres. UdeA
Lo más grande que le ha pasado en los últimos años
En agosto del año pasado hicieron una convocatoria a nivel nacional para conformar la Banda Sinfónica Nacional de Colombia. La primera etapa fue virtual, se presentaron más de 60 saxofonistas, 15 pasaron a la segunda etapa, y las audiencias fueron en Bogotá. Debían interpretar obras específicas, con recursos técnicos muy difíciles, que demostraran en 2 minutos que se tienen las habilidades para ese trabajo.
“Entonces yo me preparé un mes, o sea estuve súper enfocada solo en esa audición para tocar dos minutos, y de Medellín quedamos un compañero y yo; quedé en el papel principal, eso fue bonito…Lo más grande que me ha pasado en los últimos años es que soy el saxofón principal de la Banda Sinfónica Nacional de Colombia, que reúne a los mejores músicos de todo el país. Somos prestadores de servicios, que eso es lo complejo, pero es la mejor plaza a nivel nacional que yo podría aplicar y que justo en ese momento tenemos la complicación del recorte del presupuesto de cultura”.

Actualmente llevan un año y medio de trabajo y ya hicieron una gira por 55 ciudades del país y estuvieron también en España. La sede es en Itagüí, lo que para Lorena es un privilegio ya que puede seguir viviendo en su casa en Santa Elena, donde ha vivido toda la vida. “yo nunca me fui, el único año que no vivía en Santa Elena fue cuando me fui para España, pero mientras que estuve en la Universidad siempre viajé, todos los días para arriba y para abajo y ahorita que trabajo también vivo allá, ahí al lado de mis papás y voy a trabajar a Itagüí todos los días y a la Universidad, ensayamos de martes a viernes y a veces hay concierto los sábados”…


Algunas de sus actividades


Con la Banda Sinfónica Nacional de Colombia. 2024

Congreso internacional de música. Nariño 2024

Festival de tango Medellin Plaza Gardel. Julio. 2025

Chocó. Mayo 2024

Noche de Divas en la Pascasia 2025
SANTAELENENSE DE ORO

En diciembre de 2024, a Lorena se le otorgó el reconocimiento como “Santaelenense de oro” en la categoría cultural. Estos reconocimientos fueron creados por el periódico “Viviendo Santa Elena” en 2019, en sus 20 años de labores periodísticas. Ella no pudo asistir porque se encontraba en compromisos con la con la Banda Sinfónica Nacional.
“sentí que mi papá estaba muy orgulloso de mí, eso tenía que ver más con esas raíces, yo mandé un discurso porque cuando fue el reconocimiento no pude estar, mi tía fue a recogerlo, yo estaba en España y mandé un videíto desde allá y en el videíto hacía mención a eso, mi papá me enseñó a amar esta tierra, yo amo Santa Elena, todo el mundo me dice, porque no te vas a vivir a Medellín y yo digo no, es que yo nací acá, yo soy de aquí, esto hace parte de mi ser; levantarme y ver este paisaje, respirar este aire, dormir en ese silencio, yo no soy capaz de vivir en la ciudad. Es que vivís muy lejos dice la gente, a veces se demora más uno en un taco, uno está lejos y recorre el camino, pero llega a Santa Elena. Amo Santa Elena, me encanta, yo siento una conexión con la naturaleza increíble, yo siento que eso me lo sembró mi papá, desde muy chiquita nos sacaba a caminar en la noche en el bosque, siempre hemos estado en el bosque, caminando en la naturaleza, cultivando, pues yo ahora no cultivo nada, todo lo hace mi hermana, pero sí como eso del mero hecho de ¡ay! es que no puedo dormir, vaya coja una ramita y se toma una bebidita de cidrón, o de manzanilla.
Montañera

A estas alturas de la vida, Lorena está convencida de que cuando uno reconoce su raíz, cuando uno ama su raíz, cuando uno se apropia de lo que es “la luz que hay dentro de uno, surge con naturalidad y es una cosa que me enseñaron mis papás”
Ella está viendo que ahora las cosas están cambiando y que mucha gente quiere irse a vivir a Santa Elena, quieren un pedacito de campo, pero cuando ella estaba chiquita, los “montañeros” querían irse para la ciudad y la tierra no valía nada. “Mis papás desde chiquitica me dijeron usted orgullosa de lo que es, ustedes de la montaña si, usted es montañera.”
También está convencida de que la gratitud es la fuerza que mueve el mundo hacia la luz y ella tiene una vida llena de gratitud a todas las personas que han pasado por su vida, que ella es el reflejo de lo que le han brindado, es como esta “colcha de retazos”, que todos le han cosido y sembrado cosas muy lindas, que se siente una persona amada, que tiene una gratitud plena con la vida e intenta ser parte de ese círculo de energía que se mueve hacia la luz en el mundo, y que la vida es muy linda.

Lorena se siente muy afortunada de ser hija de la Red de Escuelas de Música porque considera que sí hubo una transformación de un tejido social, un salvavidas, porque ella tenía compañeritos de los barrios de Medellín que iban a ser mafiosos o iban a ser “los del barrio” y aunque Santa Elena ha sido un territorio muy diferente y a ella no le ha tocado vivir ese tipo de experiencias, le tocó escuchar muchas historias tenebrosas. La música era un medio más no era un fin, pero gracias a ese medio muchos tienen una vida a través de la música, muchos de sus compañeros de la Red son ahora de los mejores referentes de música a nivel del país y a nivel mundial. Celebra ser ahora profesora de los niños y jóvenes que sueñan con ser músicos.


Saxofonistas de las bandas de Guatapé y Sonsón. Mayo 2025.
“Ahí es donde digo que mi vida está rodeada de personas increíbles, de personas maravillosas y que soy lo que soy porque mucha gente ha creído en mí y ha confiado, entonces yo siento una gratitud en el alma, porque yo no sería lo que soy sin que todas esas personas que confiaron y creyeron en mí me hubieran dado la mano, empezando por mi familia, empezando por mis profesores, cada uno me dio todo lo que pudo, siempre me enseñaron al máximo y me exigieron y me ayudaban y me daban moral y me daban consejos, eran más que profesores, se convertían en un vínculo muy cercano”.
Algunas intervenciones en esta montaña:



Montañas de Niebla. Proyecto ganador de la Convocatoria de Estímulos para el Arte y la Cultura 2020 Alcaldía de Medellín. 10 obras inéditas de 7 compositores latinoamericanos a través de diferentes formatos musicales.

Casa de cultura Santa Elena. Octubre 2021




Noche de luces y flores. Santa Elena diciembre 2022



Con el grupo Sikure, Santa Elena. noviembre 2023

Escuela de música Santa Elena 2024

A Lorena, la niña de 10 años, nacida en el campo, de papás agricultores, que nunca había conocido un saxofón, que ni siquiera sabía qué era eso, le llegó uno a su vida para convertirse en su “azadón” y “pasaporte”. Ahora, esta mujer que nunca se ha ido de su casa familiar, montañera, que ama la naturaleza, que es muy apasionada y muy agradecida, que ama lo que hace y ama enseñar, hoy puede estar en Santa Elena, y mañana en cualquier lugar del mundo…





Agosto 2025
Bésame mucho. Julio 2025
Santa Elena en flor. Febrero 2021
Tango: Por una cabeza. Julio 2022
Monólogo en tiempo de joropo. Octubre 2017
Pintura: Norman Hernández
Fotografías de: @pablosoleilspo | Juan Pablo Areiza | @mapugonzalez_99 | @julian1020a | Pablo mier
@_otromono2 | @eliana5 | @saratoro22 | Paulina Zuluaga | Marta C Chavarriaga
